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lunes, 29 de septiembre de 2014

Hace 300 años...


Cuando se oye hablar de la fecha del 11 de septiembre en seguida le pueden venir a la memoria hechos como el atentado de las torres gemelas de Nueva York el año 2001 o el golpe de estado del general Pinochet en Chile en 1973, pero hoy quiero hablar de unos hechos que sucedieron hace unos 300 años en la ciudad que me ha visto nacer y dónde vivo: se trata, evidentemente, del asedio y la caída de Barcelona en 1714 ante el asalto de las tropas combinadas francesas y españolas que representaban a la monarquía borbónica.

Me gustaría que por unos momentos todos nos olvidáramos de lo que políticos y medios de comunicación de uno u otro signo dicen y dirán estos días para poder retroceder en el tiempo y ver un breve resumen de los hechos que ocurrieron en aquella época.

El comienzo del siglo XVIII supone lo que se podría denominar como una "primera globalización" ya que es en este siglo cuando surge con fuerza la burguesía mercantil y se produce la expansión europea por los continentes africano, asiático y americano en forma de colonialismo, hecho que hace aparecer organizaciones como las Compañías de las Indias Orientales de Holanda, Gran Bretaña y Francia, que quieren arrebatar las posesiones portuguesas en Asia (1); el Tratado de Tordesillas de 1494 entre las coronas de Castilla y Portugal supone el reparto de los territorios que se irán descubriendo el Nuevo Mundo (2), Gran Bretaña también se establecerá en la fachada atlántica norteamericana y fundará Nueva Inglaterra y Virginia, Francia ocupará los territorios de la Guayana y Quebec para luego dirigirse hacia el valle del río Mississipi (3).

Es en esta época cuando también comienza a conformarse la estructura del estado moderno y aparecen dos modelos que se acabarán contraponiendo, por un lado la monarquía de carácter absolutista (representada por la dinastía borbónica que gobierna en Francia) y por el otro el estado parlamentario (representado por países como las Provincias Unidas de Holanda o Gran Bretaña).

Será en estas circunstancias cuando se producirá el hecho que acabará conduciendo al estallido de la Guerra de Sucesión: la muerte de Carlos II "el hechizado" (1661-1700) (4), último representante de la rama española de los Habsburgo que moría después de una larga agonía sin dejar ningún descendiente directo.

Esta situación hace que pronto los estados europeos empiecen a maniobrar para hacer coronar un heredero de su conveniencia para tener acceso directo a las colonias americanas y sus riquezas así como otras posesiones territoriales. Finalmente será Felipe, duque de Anjou (1683-1746), quien será coronado como Felipe V gracias a la intervención de su abuelo Luis XIV (1643-1715), rey de Francia y jefe de la dinastía los Borbones y la influencia que el cardenal Portocarrero (1635-1709), tenía sobre Carlos II como Gobernador del Reino mientras la enfermedad lo iba deteriorando progresivamente convenciéndole para cambiar su testamento (5) (6).

La coronación de Felipe V se produce finalmente bajo la condición redactada en el testamento de Carlos II que Felipe nunca podrá ser rey de España si existía la posibilidad de que lo fuera de Francia (7). Esto supone un cambio sustancial respecto a los deseos del padre de Carlos, Felipe IV (1621-1665), que dejó expresada en sus últimas voluntades la prohibición explícita que la dinastía de los Borbones heredara la corona española (8): "Por la ley firme, perpetua e irrevocable privamos de la sucesión de estos reinos y corona a la casa del Borbón".

Los primeros movimientos de Luis XIV después de la coronación de su nieto empeoraron la situación, ya que lo reconoció explícitamente como heredero de la corona francesa (que uniría ambos reinos) y llevó a cabo los pasos necesarios para que las tropas francesas pudieran atacar a los Países Bajos e Italia, además Felipe otorgó privilegios a los comerciantes franceses para negociar con los asentamientos españoles en el Nuevo Mundo apartando de ello a holandeses e ingleses (9).

Los enemigos de la dinastía de los Borbones y aquellos que tenían miedo del poder que esta adquiriría gobernante ambas coronas (la española y la francesa) pronto se unieron en la Gran Alianza de La Haya, qque reclamaba la corona española para el archiduque Carlos de Austria y que agrupaba fundamentalmente en Gran Bretaña, Portugal, las Provincias Unidas, el Sacro Imperio Germánico y el de Cataluña, los Reinos de Valencia y Aragón así como los austracistas presentes en el resto del territorio español.

En cuanto al Principado de Cataluña Felipe V fue bien acogido (su abuelo aconsejarle que se hiciera apreciar por los catalanes (10)) y juró sus Constituciones promulgadas por primera vez en 1283), pero pronto empezaron a surgir las desavenencias por la forma en que estas funcionaban, ya que legalmente eran las normas legislativas de mayor rango en el país, incluso se encontraban por encima de decretos y ordenanzas reales (un hecho único en Europa) y sólo podían ser cambiadas por las Cortes Generales del Principado. Esto hacía que la política y los asuntos de gobierno se llevaran a cabo de forma pactista, es decir, que las partes implicadas tenían que llegar a un acuerdo.

Esta desavenencia se manifestó con actitudes como la insistencia del rey de mantener el control sobre el procedimiento de insaculación o sorteo por el que se escogían los miembros de la Diputación del General (también conocida como Generalitat) y el gobierno de Barcelona que la monarquía había adquirido en 1652 como parte de las consecuencias de la Guerra dels Segadors (1640-1652) (11).

El estallido de la Guerra de Sucesión en 1702 y las acciones represivas que desencadenó también acabaron jugando un papel importante en la creciente desafección catalana hacia Felipe V, una muestra de estas medidas fue la inmediata confiscación de los bienes y las mercancías de los comerciantes holandeses e ingleses con los que la burguesía de Barcelona tenía tratos y la expulsión del comerciante católico de origen holandés Arnold Jagger, residente en Barcelona desde 1661, antiguo cónsul de Holanda y ciudadano de pleno derecho (12).

Todo ello muy pronto condujo a la progresiva aparición de un núcleo de personas dentro de los ámbitos de la actividad económica, académica y cultural dispuestos a defender las Constituciones y a reconocer al archiduque Carlos como sucesor a la corona española, este hecho también vino acompañado de una importante actividad eclesiástica que se manifestó con sermones apoyando la causa austracista (13) que se irá consolidando en Barcelona y la llanura de Vic con la insaculación de cargos de tendencia austracista, reuniones secretas en los conventos de Barcelona (como el de Santa Catalina) y la permisividad demostrada por Benet Sala, obispo de Barcelona, ​​hacia a frailes y curas disidentes (es en este momento que se tiene noticia por primera vez del uso de la palabra botifler para hacer referencia a los partidarios de Felipe V y los borbones en general).

La tensión existente coincide con la sustitución del virrey conde de Palma por Francisco Fernández de Velasco y el primer intento de desembarco aliado en Barcelona llevado a cabo por la flota inglesa el 31 de mayo de 1704 (14), que acabó fracasando debido a que los conspiradores fueron traicionados y que los soldados aliados (2.600 hombres) no pudieron hacer frente a la Coronela, la milicia civil de 4.000 hombres que defendía Barcelona y que, como las instituciones catalanas en ese momento, aunque permanecieron fieles al virrey Velasco.

Velasco pero inició un fuerte movimiento represivo que pronto llenó las cárceles barcelonesas y que no hizo más que favorecer el movimiento austracista y que se fue endureciendo aún más a medida que los aliados iban obteniendo éxitos militares (como la conquista de Gibraltar el 4 de agosto), llegando incluso a intervenir en la designación y restitución de cargos y el funcionamiento de la Diputación, exigiendo la sustitución del voto por designación por el voto alta voce y conocer el contenido de las deliberaciones llevadas a cabo en el Consell de Cent todo que sus miembros estaban obligados a mantener el secreto debido al cargo institucional que ocupaban (15), lo que acabó provocando el encarcelamiento de varios cargos de la ciudad; además las cosechas de ese año no fueron buenas y no poder comprar trigo en el norte de Europa por la prohibición de comerciar con el enemigo no ayudó a mantener la calma (16).

Esta situación acabó dando lugar al Pacto de Génova, firmado el 20 de junio de 1705 por los representantes catalanes Antoni de Peguera (1682-1707) y Domènec Perera (?-1706) y Mitford Crowe (1669-1719) representando a la reina Ana de Inglaterra, por el que los aliados se comprometían a desembarcar un ejército de 8.000 hombres y 2.000 caballos, proporcionar 12.000 fusiles a los catalanes ya respetar y defender las Constituciones y el territorio catalán, en cambio Cataluña se comprometía a reconocer el archiduque Carlos como rey de España ya aportar 6.000 hombres (17).

El 22 de agosto la flota aliada volvía a estar presente en Barcelona y se llevó a cabo un asedio que permitiría entrar al archiduque en la ciudad el 7 de noviembre y la evacuación del virrey Velasco y de todos aquellos que quisieran salir de la ciudad (18).

La Guerra de Sucesión prosiguió en Europa y en los territorios que conformaban sus posesiones coloniales, convirtiendo el conflicto en un enfrentamiento de dimensiones mundiales que se mantuvo estable hasta 1710 cuando se produjeron dos hechos que afectaron las relaciones entre los aliados (que no formaban precisamente un bloque masa uniforme): por un lado los conservadores británicos (tories) ganaron las elecciones al parlamento y abogaron por establecer la paz con Francia y por la otra la muerte del emperador José I (1678-1711) el 17 de abril de 1711 hizo que el archiduque Carlos fuera coronado el 22 de diciembre de ese año como Carlos VI (19).

A esto también le tenemos que añadir una serie de derrotas que sufrieron los aliados en territorio español, como la ocupación de Menorca el 5 de abril de 1707 (20), la derrota de las fuerzas austracistas en la Batalla de Almansa el 25 d'abril de 1707 (21), que supuso la ocupación del Reino de València con actos como el incendio de la ciudad de Xativa del 19 de junio ordenado por el mismo Felipe V), la ocupación de Lleida el 10 de noviembre de 1707 (22) y de Tortosa el 15 de julio de 1708 (23), la Batalla de Brihuega del 8 de diciembre de 1710 y la de Villaviciosa dos dias después (24) y la caida de Girona el 24 de enero de 1711 (25).

Los acontecimientos que acabo de mencionar y el desgaste económico que representó mantener un conflicto de manera tan prolongada en el tiempo acabaron dando lugar al conjunto de tratados multilaterales conocidos colectivamente como Tratado de Utrecht, firmado el 11 de abril de 1713 y que fue fruto de los contactos secretos iniciados entre británicos y franceses durante los primeros meses de 1711 (26). El Tratado tuvo como resultado los siguientes acuerdos:
  1. Armisticio de las Coronas de Francia y de Castilla con Gran Bretaña (agosto de 1712), seguido de los tratados de paz bilaterales entre Gran Bretaña y Francia (abril de 1713) y entre Gran Bretaña y la Corona de Castilla (julio de 1713).
  2. Firma de tratados entre Francia y las Provincias Unidas, Brandeburgo, Portugal y el ducado de Saboya (julio de 1713).
  3. Firma de tratados entre y el ducado de Saboya (julio de 1713), las Provincias Unidas (julio de 1714) y Portugal (febrero de 1715).
  4. Firma de convenios comerciales entre Gran Bretaña y la Corona de Castilla (marzo y diciembre de 1714, diciembre de 1715 y mayo de 1716).
y los siguientes cambios de tipo geoestratégico:
  • Gran Bretaña toma posesión de Menorca y Gibraltar, ocupadas durante la guerra (cedidas por la Corona de Castilla), Nueva Escocia (Acadia), la Bahía de Hudson y Terranova (cedidas por Francia), la Isla de Saint Kitts en el Mar Caribe . Además de los acuerdos comerciales conocidos con los nombres de Tratado del"asiento de negros" y "Barco permitido".
  • La Casa de Saboya ve devueltas Saboya y Niza (ocupadas por Francia durante la guerra) y recibe Sicilia (cedida por la Corona de Castilla). Con la posesión de Sicilia recibe el título de rey que, con diversas denominaciones, tendrá a partir de entonces la casa de Saboya (primero reyes de Sicilia, después reyes de Cerdeña y finalmente reyes de Italia).
  • Las Provincias Unidas reciben la "barrera" flamenca (una serie de fortalezas en el norte de los Países Bajos españoles que el Sacro Imperio Romano ayudó a financiar), cedida por Felipe V de Castilla.
  • Brandeburgo recibe Güeldres del Norte (cedido por el rey de la Corona de Castilla) y la "barrera" de Neuchâtel (cedida por Francia), además de su transformación en reino con el nombre de Prusia. Federico Guillermo I fue su primer rey.
  • Portugal obtiene el retorno de la Colonia del Sacramento, ocupada por la Corona de Castilla durante la guerra.
  • Carlos VI de Austria obtiene los Países Bajos españoles, el Milanesado, Nápoles, Flandes y Cerdeña (cedidos por el rey de Castilla). El Archiduque Carlos de Austria, ahora emperador, abandona cualquier reclamación del trono castellano en 1725.
  • Francia reconoce la sucesión protestante en Inglaterra y se compromete a no apoyar a los pretendientes Estuardo. También se compromete a derribar las fortificaciones de Dunquerque ya cegar su puerto y obtiene definitivamente el Principado de Orange (en la Provenza).
  • Felipe V obtiene el reconocimiento como rey de la Corona de Castilla y de las Indias por parte de todos los países firmados, en tanto que se establece una cláusula que prohíbe que el rey de Castilla y el de Francia sean una misma persona.
¿Pero qué pasa con el Principado de Cataluña? Como parte del Tratado de Utrecht también se llega a acordarla evacuación de las tropas austriacas presentes en el territorio catalán como paso previo a la ocupación borbónica de plazas fuertes como Tarragona o Barcelona y la evacuación de Mallorca e Ibiza; la evacuación se llevará a cabo el 30 de junio de 1713 (27) tras la firma del Convenio de Hospitalet(28) el día 22 entre el marqués de Grimaldi como representante del Duque de Populi (1651-1723) (máximo jefe de las fuerzas borbónicas en Cataluña) y el conde de Königsegg, delegado del mariscal Starhemberg (1657-1737) (virrey de Carlos de Austria).

Starhemberg comunicó a las autoridades catalanas el acuerdo el día 25 y al saberse el contenido pronto se produjo una gran conmoción en la ciudad tanto en el ámbito institucional como a nivel de los ciudadanos a pie de calle, llegando a producirse protestas tachando a los antiguos aliados en retirada de cobardes, lo que hizo decidir al mariscal a marchar precipitadamente y de incógnito el día 27 dejando un vacío legal al abandonar precipitadamente sus funciones de virrey (29).

Los hechos se precipitan y la Diputación General decide convocar la Junta de Brazos el mismo día 30 al ver la gravedad de la situación (30). La Junta de Brazos era la institución que se convocaba en los momentos de urgencia y cuando era necesario aconsejar sobre las decisiones a adoptar o ratificar las que ya se habían tomado, cada brazo representaba a un estamento concreto: el brazo eclesiástico al clero, el brazo militar a la nobleza laica y el brazo real o popular a miembros de ciudades y villas con representación en las cortes del Principado (31).

En las primeras deliberaciones tanto el brazo militar como el eclesiástico se pronunciaron a favor de la rendición y el sometimiento a Felipe V (aunque luego el eclesiástico se abstuvo y declaró que acataría la decisión mayoritaria), pero la voluntad expresada por el brazo popular de resistir (es decir, la gente del pueblo y no los políticos) es la que hace cambiar de opinión en el brazo militar y que se acabe acordando el día 5 de julio la resistencia a ultranza ante las tropas de Felipe V, jurando lealtad a Carlos III y en las Constituciones, publicándose el bando de guerra el día 9 a las seis de la mañana (32).

Sabiendo cómo acabó todo es fácil preguntarse si resistir no fue una mala idea, pero también debe entenderse que aquellas personas defendían un sistema legal, representado por las Constituciones, en el que el monarca no estaba por encima de la ley (y que por tanto estaba bastante alejado del sistema absolutista que se acabaría imponiendo) y que además estaban decididos a defender su casa y las vidas de sus familias (una decisión comprensible si se tienen en cuenta casos como el incendio de Xativa y la aplicación de "el diezmo de la horca", es decir, la ejecución colgándolos en la horca del 10% de los habitantes de las poblaciones que los Borbones habían conquistado) (33).

En el verano de 1713 las únicas plazas fuertes que aún quedan en manos de los catalanes son la ciudad de Barcelona y las fortalezas de Cardona y Castellciutat (34), esta última caerá el 28 de septiembre de ese mismo año (35) y su comandante, el general Josep Moragues i Mas (1669-1715), ejecutado de una forma especialmente cruel el 27 de marzo de 1715 en Barcelona: "arrastrado vivo por las calles por un caballo, degollado y hecho cuartos", además su cabeza se dejó colgada en una jaula en el Portal de Mar hasta el 1727 como advertencia a pesar de las súplicas de su viuda (36).

Barcelona es sometida a asedio por el Duque de Populi tanto por mar como por tierra (20.000 soldados franceses y castellanos y un importante contingente de artillería) desde el 25 de julio de 1713 mientras en el resto del país se lleva a cabo una campaña represiva indiscriminada contra la población civil y cualquier persona que se haya levantado en armas para enfrentarse al invasor (37).

El día después del inicio del asedio el Duque exigió la rendición de la ciudad, petición que los defensores rechazaron con la esperanza de un cambio de la situación, ya fuera llegando a un acuerdo con Felipe V o que los antiguos aliados, fundamentalmente Gran Bretaña, cambiaran de opinión y se dispusieran a enviar ayuda militar (38). Ante esta negativa se empieza a crear un cinturón fortificado aprovechando las villas y masías cercanas a la ciudad (como Sant Martí de Provençals, Gracia, Sarriá o Sant Gervasi) (39) y comienza un asedio donde el hambre jugará un papel importante , pero que contra todo pronóstico no hará desistir a los sitiados y conducirá a una serie de ataques y contraataques sin que los atacantes obtengan una clara ventaja y que comenzaron a destruir la ciudad provocando numerosos incendios, lo que obligó a buena parte de los sus habitantes a refugiarse fuera de la muralla, en el barrio del Arenal (la actual Barceloneta) y en las playas de San Bertran (entre Drassanes y Montjuïc); Populi incluso pidió al almirante Du Casse (1646-1715), comandante de la flota francesa, que empiezas a bombardear la capital pero éste si negó alegando que no quería atacar a la población civil (40).

Populi, pensando que pronto sería sustituido al ser evidente que no había cumplido con la misión que se le había encomendado decidió intentarlo por última vez con el cruel, y cobarde, bombardeo que comenzó el 22 de mayo de 1714 y que después de un mes de duración y habiendo empleado 12.000 granadas explosivas (41) ya había destruido cerca de un tercio de la ciudad (42).

Fue entonces cuando el Duque de popular fue sustituido el 6 de julio por James Fitz-James Stuart (1670-1734), primer Duque de Berwick (43), hijo ilegítimo del derrocado rey Jaime II de Inglaterra y en aquellos momentos al servicio de la corona francesa como mariscal de su ejército.

Para terminar definitivamente el asedio Berwick dispone de un ejército de 39.000 hombres (tropas españolas y francesas pero también sicilianas, napolitanas y valonas) y el importante tren de artillería que acumuló Populi (80 cañones y más de 30 morteros), además de otra fuerza de 50.000 hombres que se encarga de ocupar el país (44). Su plan de ataque ha sido concebido por Joris Prosper de Verboom, militar borbón que permaneció como prisionero en la ciudad desde el 1710 (después de la Batalla de Almenara) hasta el 1712 cuando fue liberado en un intercambio de prisioneros. Este periodo de tiempo le dio la oportunidad de estudiar las defensas de Barcelona, ​​formadas por murallas y baluartes, que podía caer ante un ataque decidido empleando la artillería y los asaltos de infantería de forma combinada junto con la excavación de trincheras de aproximación (45) siguiendo los métodos de Sébastien Le Prestre de Vauban.

Por último la flota francesa acaba reforzando con más barcos la armada del almirante Du Casse, que puede cerrar definitivamente el bloqueo naval desde el río Llobregat hasta el río Besósevitando la llegada de más víveres y municiones desde la isla de Mallorca(46).

Barcelona disponía para su defensa de una fuerza considerablemente menor formada por un total de 5.365 hombres (una proporción de 1 soldado defensor por cada 8 soldados asaltantes) con la siguiente composición (47) (48) (49):

1.465 soldados del ejército regular catalán (que incluye también artilleros mallorquines y soldados de infantería napolitanos y soldados y húsares de caballería húngaros que decidieron permanecer en territorio catalán en el momento de la evacuación de las fuerzas austracistas).

3.500 hombres de la Coronela, la milicia de carácter civil formada por los diferentes gremios de oficios y profesiones de la ciudad así como estudiantes, bajo el mando del Conseller en cap, Rafael de Casanova.

400 voluntarios de diferentes procedencias (incluyendo valencianos y aragoneses).

FUERZAS REGULARES
Infantería
Regiment de la Diputació 70 hombres
Regiment de la Concepció 275 hombres
Regiment de Santa Eulàlia 140 hombres
Regiment del Roser 120 hombres
Regiment de Sant Narcís 180 hombres
Regiment de Desemparats 200 hombres
Total 985 hombres
Artillería e ingenieros
Total 100 hombres
Caballería
Regiment de Sant Jordi 170 hombres
Regiment de Cuirassers de Sant Miquel 150 hombres
Regiment de la Fe 60 hombres
Total 380 homes
Total de forces regulars 1.465 hombres
FUERZAS IRREGULARES
Coronela 3.500 hombres
Voluntarios 400 hombres
Total de fuerzas irregulares 3.900 hombres
FUERZAS TOTALES DE LA GUARNICIÓN 5.365 hombres








































Como comandante de las fuerzas que defienden Barcelona se encuentra el general Antonio de Villaroel i Peláez (1656-1726), nacido en Barcelona de padre gallego, el militar Cristóbal de Villaroel, y de madre asturiana, Catalina Peláez. Villaroel primero formó parte del ejército de Felipe V, pero con la caída en desgracia del Duque Felipe de Orleans, jefe del ejército borbónico, decidió cambiar de bando en 1710 y rehusó ser evacuado con las fuerzas imperiales austríacas (50).

La situación en estos momentos ya es muy grave, ya que además de la falta de suministros, el hambre y la aparición de enfermedades como el tifus y la disentería también se hace patente el número menguante de defensores, menos de uno por cada metro de muralla, lo que evita que puedan ser relevados y descansar apropiadamente, debiendo permanecer en su posición (51).

Durante los meses de julio y agosto se incrementan los combates y se producen acciones como el intento de Villaroel al frente de 2.000 hombres el 13 de julio (52) para destruir las obras de la trinchera de aproximación borbónica o la batalla por baluarte de Santa Clara los días 12 al 14 de agosto (53), donde la compañía de la Coronela formada por los Jóvenes Estudiantes de Leyes, dirigida por el catedrático Marià Bassons (muerto en el combate) (54), es capaz de contener con una carga de bayoneta una fuerza atacante 5 veces superior (55) y que aunque supone una victoria para los catalanes también se acabó saldando con un tercio de bajas entre los defensores de la ciudad.


El asalto final en Barcelona se producirá el martes 11 de septiembre (56) (57) a las cuatro y media de la mañana y supondrá unos combates terribles y encarnizados con una duración de diez horas y media que enfrentarán a los poco más de 5.000 defensores de la ciudad y los civiles que se unen a la batalla contra un total de 35.000 soldados, incluyendo parte de las reservas del ejército franco-español que Berwick movilizó para mantener la presión e intentar penetrar en la ciudad por las brechas que se han producido en la muralla durante el sitio.

A las dos de la tarde, en medio de la fetidez de los cadáveres, el olor a pólvora y los muchos incendios que sufría la ciudad, el frente se estabilizó debido al cansancio y las pérdidas humanas de ambos bandos: los defensores habían logrado detener los atacantes y evitar que se adentraran dentro de la ciudad que contiene en el Pla d'en Llull (en el actual barrio del Born) y el convento de Santa Clara, en el convento de Sant Agustí y el convento de Sant Pere de les Puel·les, donde Rafael de Casanova fue herido mientras enarbolaba la bandera de Santa Eulàlia. Fue en este momento de tregua cuando Villaroel, herido mientras dirigía la carga de caballería de ocho y media de la mañana en el plan de en Llull, decide como comandante en jefe de la plaza que se negocie con Berwick la capitulación de la ciudad en unos términos que evitaran la rendición incondicional, los saqueos y las muertes indiscriminadas.

Las negociaciones se alargaron hasta el 12 de septiembre y finalmente se llegó a un acuerdo de capitulación en el que Berwick se comprometía a respetar las vidas y propiedades de los vencidos a cambio de la entrega de las armas, la ocupación militar de la ciudad del día siguiente y la rendición de los castillos de Montjuïc y Cardona, que se materializó el día 16. El asedio y la caída de Barcelona dejaba a las fuerzas catalanas 7.000 bajas y 10.000 a las de los borbónicos.

Se podría pensar que ahí se acabó todo, pero la represión justo empezó al día siguiente de la capitulación (58) cuando el superintendente Jose Patiño, nombrado por Felipe V, se estableció en Barcelona y procedió a anular todas las instituciones catalanas, además también se procedió a la persecución de todos aquellos que hubieran significado contra Felipe V o se hubieran resistido a la ocupación (se calcula que como mínimo se detuvo, ejecutó o deportó a más de 4.000 personas incluyendo a civiles y militares como Villaroel, que fue encarcelado en La Coruña hasta el 1726, siendo liberado cuatro meses antes de su muerte el 22 de febrero).

Como parte del aparato represivo también se construyó la fortaleza de la Ciutadella (59), diseñada por Verboom para controlar la ciudad junto con el castillo de Montjuïc, ya existente, y construida en el periodo de tiempo que va del marco de 1716 hasta enero de 1725, para conseguir el espacio necesario se derribó el barrio de la Ribera y parte de la zona del Rec Comtal,los habitantes de esa zona fueron obligados a abandonar sus hogares y los problemas de alojamiento que se derivaron no se arreglaron hasta la construcción del barrio de la Barceloneta en el año 1753; aunque podría parecer una estructura defensiva de la ciudad de hecho fue usada para controlarla y evitar que esta se rebelara. Barcelona no recuperar este espacio hasta el año 1869, cuando fue devuelto a la ciudad y la fortaleza se destruyó para construir el parque público que existe actualmente (60).

Otras consecuencias de la derrota catalana fueron la promulgación del Decreto de Nueva Planta (61) el 16 de enero de 1716 (que ya se aplicaba desde el 1707 en Valencia y Aragón) y que sustituía toda la normativa legal, fiscal y judicial catalanas por una monarquía absolutista y una España que, de estar formada por diferentes reinos, pasa a ser un Estado centralizado y unificado (62) que también acaba interviniendo en todos los ámbitos incluyendo el de la cultura, ya que hace clausurar todas las universidades catalanas salvo la de Cervera (ciudad que se había mostrado fiel desde un primer momento a Felipe V), que se crea por decreto del 11 de mayo de 1717 como institución controlada directamente por la monarquía (63) y se impone el castellano como única lengua oficial (64).

Con el artículo de hoy he querido recordar de forma breve un episodio capital del pasado de mi ciudad que ocurrió hace un poco más de 3 siglos y que actualmente se conmemora con la Diada de Catalunya para recordar estos hechos y rendir homenaje a quien defendió su casa. De estos acontecimientos se ha escrito mucho y se ha opinado mucho y seguro que se seguirá haciendo (quien sabe, tal vez yo también escribiré otras entradas sobre el tema, es tan complejo y hay tanto que decir...).

Notas

(1) ^ Clàudia Pujol 2013, p. 6
(2) ^ Clàudia Pujol 2013, p. 14
(3) ^ Clàudia Pujol 2013, p. 17
(4) ^Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1 (1700 – 1705): La primera guerra global, p.18. Es creu que Carles II patia de la síndrome de Klinefelter com a resultat dels diversos matrimonis endogàmics que s'havien produït des de feia generacions a la seva família.
(5) ^Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1 (1700 – 1705): La primera guerra global, p. 57
(6) ^Santiago Albertí 2006, p. 24 i 25
(7) ^Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1 (1700 – 1705): La primera guerra global, p. 35
(8) ^Santiago Albertí 2006, p. 19
(9) ^Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1 (1700 – 1705): La primera guerra global, p. 58 i 59
(10) ^Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1 (1700 – 1705): La primera guerra global, p. 72
(11) ^Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1 (1700 – 1705): La primera guerra global, p. 73
(12) ^Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1 (1700 – 1705): La primera guerra global, p. 89
(13) ^ (14) ^ (15) ^ (16) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1 (1700 – 1705): La primera guerra global, p. 104 a 108
(17) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1 (1700 – 1705): La primera guerra global, p. 162 i 163
(18) ^ (19) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1 (1705 – 1707): Catalunya contra Felip V, p. 91
(20) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1 (1705 – 1707): Catalunya contra Felip V, p. 91
(21) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1 (1705 – 1707): Catalunya contra Felip V, p. 112
(22) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1 (1705 – 1707): Catalunya contra Felip V, p. 158
(23) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1 (1705 – 1707): Catalunya contra Felip V, p. 157
(24) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1 (1705 – 1707): Catalunya contra Felip V, p. 164
(25) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1 (1705 – 1707): Catalunya contra Felip V, p. 112
(26) ^ http://ca.wikipedia.org/wiki/Tractat_d'Utrecht#Les_negociacions_secretes
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(34) ^Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1V (1713 – 1714): El setge de Barcelona i l'11 de setembre de 1714, p. 12
(35) ^Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1V (1713 – 1714): El setge de Barcelona i l'11 de setembre de 1714, p. 12
(36) ^Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1V (1713 – 1714): El setge de Barcelona i l'11 de setembre de 1714, p. 84
(37) ^Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1V (1713 – 1714): El setge de Barcelona i l'11 de setembre de 1714, p. 24
(38) ^Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1V (1713 – 1714): El setge de Barcelona i l'11 de setembre de 1714, p. 20
(39) ^Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1V (1713 – 1714): El setge de Barcelona i l'11 de setembre de 1714, p. 21
(40) ^Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1V (1713 – 1714): El setge de Barcelona i l'11 de setembre de 1714, p. 22
(41) ^Guillem H. Pongiluppi, F. Xavier Hernàndez Cardona 2012, p. 64
(42) ^Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1V (1713 – 1714): El setge de Barcelona i l'11 de setembre de 1714, p. 22
(43) ^ (44) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1V (1713 – 1714): El setge de Barcelona i l'11 de setembre de 1714, p. 23
(45) ^(46) ^Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1V (1713 – 1714): El setge de Barcelona i l'11 de setembre de 1714, p. 28 i 29
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(48) ^ Santiago Albertí 2006, p. 237 i 238
(49) ^ Guillem H. Pongiluppi, F. Xavier Hernàndez Cardona 2012, p. 26
(50) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1V (1713 – 1714): El setge de Barcelona i l'11 de setembre de 1714, p. 130
(51) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum 1V (1713 – 1714): El setge de Barcelona i l'11 de setembre de 1714, p. 33
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(59) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum V (1714-1760): Les conseqüències de la derrota, p. 162
(60) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum V (1714-1760): Les conseqüències de la derrota, p. 162
(61) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum V (1714-1760): Les conseqüències de la derrota, p. 46
(62) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum V (1714-1760): Les conseqüències de la derrota, p. 60
(63) ^ Oriol Soler, Agustí Alcoberro 2013 La Guerra de Successió dia a dia. Volum V (1714-1760): Les conseqüències de la derrota, p. 60
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Bibliografía consultada

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Sapiens nº 147. Especial 11 de setembre
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ISSN: 1695-2014
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Pere Puig, Agustí Alcoberro. Qui manava a Barcelona el 1714?
Sapiens nº 147. Especial 11 de setembre
Setembre de 2014
ISSN: 1695-2014
http://www.sapiens.cat

Sònia Casas Codinach. L'11 de setembre, hora a hora
Sapiens nº 147. Especial 11 de setembre
Setembre de 2014
ISSN: 1695-2014
http://www.sapiens.cat

Angel Casals, Oriol Gracia. Catalunya sense govern
Sapiens nº 147. Especial 11 de setembre
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Claudia Pujol. El Món del 1714. A l’entorn de Barcelona
Col·lecció MUHBA Llibrets de Sala
Barcelona: Ajuntament de Barcelona, Institut de Cultura, Museu d’Història de Barcelona, desembre de 2013. ISBN: 978-84-9850-520-7
http://www.bcn.cat/publicacions
http://www.museuhistoriabcn.cat

Guillem H. Pongiluppi, F. Xavier Hernàndez Cardona. 1714. El Setge de Barcelona.
Barcelona: Angle Editorial, novembre de 2012. ISBN: 978-84-15695-09-7
http://www.angleeditorial.com

Oriol Soler (Director del projecte), Agustí Alcoberro (Direcció científica).La Guerra de Successió dia a dia.
Volum 1 (1700 – 1705): La primera guerra global
Volum 1I (1705 – 1707): Catalunya contra Felip V
Volum 1II (1707 – 1713): La traïció aliada
Volum 1V (1713 – 1714): El setge de Barcelona i l’11 de setembre del 1714
Volum V (1714 – 1760): Les conseqüències de la derrota
Volum V1 (1760– 1900): El renaixement de Catalunya
Barcelona: Batiscafo SL, Ara Llibres SCCL, Sapiens Publicacions, setembre de 2013. ISBN: 978-84-15642-56-5
http://www.arallibres.cat
http://www.sapienspublicacions.cat

Santiago Albertí. L’Onze de Setembre
Barcelona: Albertí Editors, setembre 2006. ISBN: 84-7246-079-7
http://www.albertieditor.cat

Sitios web de interés

http://www.tricentenari.cat
http://tricentenari.gencat.cat/ca/recursos/
http://www.diaridesetge.cat/
http://www.cardona1714.cat/

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