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lunes, 16 de mayo de 2016

Caja Negra: La Llamada de los dioses - Sesión 15

Con esta entrada prosigo con el diario de campaña de La Llamada de los dioses que estoy arbitrando para mi grupo de juego habitual de La Cofradía del rol, para leer las sesiones de campaña anteriores podéis seguir estos enlaces: #1 #2 #3 #4 #5 #6 #7 #8 #9 #10 #11 #12 #13 #14

Eye dilate por Greyson Orlando (Public Domain)

Como siempre recordaros que es probable que encontréis spoilers, por lo que si estáis jugando esta campaña o vais a hacerlo es probable que no queráis leer más allá de este punto (o sí, vete a saber).

Tal y como ya os expliqué los jugadores están colaborando activamente en la creación de estos informes de campaña, en esta ocasión el cronista ayudante ha sido Kris (que interpreta a Luna la semielfa), también cabe destacar que en esta sesión el personaje de Aradum fue interpretado por Martí, un nuevo jugador que en la próxima sesión ya dispondrá de su propio personaje.

En la sesión anterior, el grupo se había enfrentado a otra partida de orcos que había acudido a investigar la infiltración de los personajes y a la que vencieron fácilmente gracias a las artimañas que habían desplegado.

Mientras sus compañeros se dedicaban a seguir el camino por el que habían llegado los orcos Luna decidió volver atrás para visitar la sala de espejos donde habían encontrado a la extraña criatura multiforme (tal y como se explicó en la sesión #13) para investigar si habían pasado por alto cualquier pista importante sin conseguir descubrir nada interesante.

¿Y que encontraron los compañeros de Luna mientras ella estaba ocupada con sus pesquisas? Pues llegaron a una cueva habitada por una extraña criatura que se movía arrastrándose por el suelo y que no paraba de cambiar y reformarse a si misma, exhibiendo una multitud de ojos que aparecían y desaparecían continuamente así como unas bocas de las que se emanaba una cacofonía de sonidos y lenguajes incomprensibles y que además estaban pobladas por una multitud de dientes de apariencia peligrosa (vaya, que un poco más y parece un shoggoth).

Shoggoth por Pahko (CC BY-SA 3.0)


Evidentemente el monstruo se abalanzó sobre ellos y empezó a atacarles con sus fauces, consiguiendo morder a Kai mientras el resto del grupo, incluyendo Luna (que había regresado justo a tiempo para ver como se iniciaba tan dantesca batalla) se puso a acuchillar con saña a la criatura hasta que Grognak consiguió darle muerte (y evidentemente Aradum siguió con su costumbre de arrancar un diente del enemigo caído).

Siguiendo por los túneles acabaron descubriendo algo que les dejó perplejos: una cueva con un pequeño lago y una isla en su centro, con un árbol seco por el paso del tiempo y una balsa en la orilla... Aradum, Meler y Luna decidieron subirse a la balsa para atravesar el lago y examinar la isla, para su seguridad decidieron que el grupo de valientes estaría atado con una cuerda (si, todo el grupo junto...) para que Grognak y Kai pudieran arrastrarles en caso de peligro...

Cuando ya habían partido, y estando en medio del lago, algo golpeó a la balsa por debajo y les hizo zozobrar, cayendo todos al agua, lo que les dio la ocasión de comprobar que el atacante era un tiburón blanco que se dirigía hacia ellos nadando a toda velocidad al ver el jugoso festín que tenía a su alcance, envuelto como si fuera un regalo por así decirlo, y ciertamente todo el asunto podría haber acabado en un Total Party Kill para los tres personajes que en ese momento estaban chapoteando en el agua: ni ellos ni sus compañeros en la orilla conseguían acertar al tiburón un número suficiente de veces ni hacerle suficiente daño (y les iba la vida en ello), además sus compañeros tardaban mucho tiempo en arrastrarles (esas tiradas que no acababan de funcionar...) y el tiburón ya había mordido en el costado a Meler, pero por suerte Luna consiguió cortar la cuerda liberándoles, momento en el que aprovecharon para nadar o agarrarse a los cabos de cuerda que tanto Grognak como Kai les lanzaban, aunque todo eso no pudo evitar que el tiburón le arrancara de cuajo el brazo izquierdo a Aradum...

Tiburón por A.J. Manzanedo


Después de este encuentro con el tiburón blanco los personajes estuvieron a punto de desistir y olvidarse del misterio que podían esconder el lago y la isla, pero entonces Grognak vio de reojo como una figura femenina parecía surgir del interior del maltrecho árbol y empezaba a hablarles aunque no pudieran oír sonido alguno saliendo de sus labios. Meler, que es capaz de leer los labios, pronto pudo averiguar que se trataba de una dríada que había sido maldecida y condenada a vivir prisionera dentro del árbol sin posibilidad de huir debido a la amenaza que supone el tiburón blanco.

Los personajes decidieron intentar liberar a la dríada, aunque evidentemente no estaban dispuestos a volver a sumergirse en el lago, por lo que decidieron poner un cebo para atraer al tiburón y así poder usar sus arcos y un arpón improvisado que habían construido para acabar de una vez por todas con el escualo. Lo que no me esperaba (y hay veces que uno piensa como demonios se les ocurren estas cosas a los jugadores 樂 ❓ ☺) es que decidieran usar como cebo trozos del monstruo multiforme al que se habían enfrentado antes, por lo que cuando Grognak lanzó al agua restos de la criatura y el tiburón acudió raudo a devorarlos fue el momento de decidir lo que pasaría y tras la correspondiente tirada de dados (que resultó no tener éxito) empezaron a desencadenarse una serie de fenómenos un tanto inusuales: empezaron a oír las extrañas voces que les resultaron extrañamente familiares y pronto se dieron cuenta que la boca del animal parecía estar cambiando para adoptar una forma que ya habían visto antes y que pronto identificaron como perteneciente a la del monstruo multiforme, si a esto le añadimos que sus ataques para matar al tiburón no tenían el éxito deseado y que la criatura empezó a responder a ellos mediante escupitajos dirigidos hacia los personajes (uno de los cuales acertó a Grognak, aunque sin consecuencia alguna) la situación no parecía tener una solución fácil y se vieron obligados a reconsiderar sus opciones.

Sin embargo todo se solucionó de pronto cuando un breve estallido de luz inundó el lago y la caverna haciendo que el tiburón pereciera definitivamente, hecho que sucedió poco después que Luna se hubiera arrodillado cerca del borde del agua... Tras la desaparición del peligro que la amenazaba la dríada atravesó el lago y con una sonrisa de agradecimiento les entregó una brillante varita antes de desaparecer ante sus ojos.

Tras este emocionante encuentro los personajes retrocedieron un poco en el entramado de túneles y siguieron explorando, llegando a una cueva en la que los habitantes del complejo subterráneo habían dispuesto un cercado donde guardar distintas especies gallináceas para ser usadas en su alimentación, incluyendo una ave extraña y más grande que sus congéneres y que Grognak identificó correctamente como una cocatriz, una ave de origen desconocido que tiene la particularidad de dejar paralizadas a las criaturas que sufren su picotazo pero que en principio no se muestra agresiva si no se la provoca, algo que el grupo evitó sabiamente.

Cocatriz por A.J. Manzanedo


Aunque los orcos con los que luego se toparon se mostraron bastante más agresivos y pronto entablaron un combate que inmediatamente redujo su número a la mitad debido a los ataques de los jugadores, cosa que provocó su huida pero con tan mala suerte que arrollaron el cercado enfureciendo a la cocatriz, que rápidamente procedió a paralizar a picotazos a todo aquel que se pusiera a su alcance, por lo que ahora los personajes están corriendo de nuevo por los túneles temerosos que la enfurecida ave les ataque.

¿Qué pasará en la próxima sesión?

Como se suele decir:

Continuará...


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