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lunes, 28 de enero de 2013

Españoles en el Holocausto



En anteriores entradas del blog ya os hablé de la poco recordada (hasta no hace mucho) participación de ciudadanos españoles en el bando de los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial, os hablé de Garbo, el famoso espía doble y la importancia que tuvo para el éxito del desembarco de Normandía, de la participación de guerrilleros españoles en la Resistencia Francesa y de la actuación de La Nueve en la liberación de París. Sin embargo hay otro aspecto importante del conflicto que también es necesario destacar y que supuso que el 28 de enero de 1946 un español, Francesc Boix, se convirtiera en uno de los principales testimonios del Tribunal Militar Internacional de Núremberg.

Actualmente el número total de víctimas del Holocausto se contabiliza en cerca de 10 millones de personas, 6 corresponderían a las personas de origen judío o que fueron considerados que pertenecían a este grupo étnico; de los 4 millones restantes (polacos, soviéticos, gitanos, homosexuales, prisioneros políticos...) 10.000 eran ciudadanos españoles.

Primeros internados en los campos de exterminio

En 1939, tras la retirada de Cataluña, el final de la Guerra Civil y el paso de la frontera francesa todos aquellos que huían fueron internados en campos de refugiados (Argelés, Septfonds, Bram...). Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial parte de dichos refugiados se integraron en las Compañías de Trabajadores Extranjeros (CTE), lo que en la mayoría de los casos les puso al alcance de la ofensiva de la Wehrmacht alemana durante la campaña de Francia de 1940. Esto hizo que los supervivientes de la ofensiva fueran capturados e internados en los Stalag (los campos para prisioneros de guerra).

En esos campos de prisioneros pronto empezó a actuar la Gestapo, que procedió a interrogar a los internados, todos aquellos que fueron identificados como españoles fueron separados de los franceses. Este fue el caso, por ejemplo, de Mariano Constante que estando preso en el Stalag XVII A fue interrogado y sometido a varias palizas por parte de oficiales del ejército alemán y agentes de la Gestapo (los cuales hablaban un perfecto castellano y conocían toda su vida, por lo que le fue imposible esconderse o disimular su identidad).



A partir de ese momento a estos prisioneros se les clasifica como "rojos españoles" (Rotspanier), un hecho que pronto les acarrearía graves consecuencias, ya que a partir del mes de agosto de 1940 un número importante de ciudadanos españoles (tanto civiles como militares) empezó a ser trasladado a los campos de exterminio y especialmente al campo de Mauthausen, que llegaría a ser conocido como "el campo de los españoles" dado que en él estuvieron internados 7.000 refugiados republicanos (cerca de 5.000 morirían durante los años en los que el campo estuvo en activo).

El campo de Mauthausen, situado a las afueras de la población austríaca del mismo nombre, empezó a ser construido en 1938 tras la anexión del país por parte del Tercer Reich. Inicialmente se usó mano de obra procedente del campo de Dachau, aunque los prisioneros españoles fueron los que acabaron construyendo la totalidad del campo; los primeros llegaron de forma escalonada en los convoyes de agosto de 1940 de los días 6 (392 prisioneros del Stalag XII-A) y 24 (927 civiles, en muchos casos familias completas, procedentes de la localidad francesa de Angulema) así como el convoy del 27 de enero de 1941 (1.506 prisioneros, Boix entre ellos).

¿Sabían las autoridades franquistas de la existencia de prisioneros españoles en los campos de exterminio?

Existe toda una serie de indicios y pruebas que permiten establecer el conocimiento de este hecho por parte del gobierno franquista instaurado en Madrid tras ganar la Guerra Civil. Buen ejemplo de ello son las notas verbales de la embajada alemana, como la del 20 de agosto de 1940, detallando la buena disposición de las autoridades alemanas para entregar a los 2.000 refugiados de Angulema a la Policía de Seguridad española (que no obtuvo respuesta alguna) y la orden del Departamento Central de Seguridad del Reich (RSHA) del 25 de septiembre de 1940 en la que se ordenaba que todos los combatientes de la España republicana ("combatientes de la España roja", Rotspanienkämpfer) prisioneros de los alemanes dejaran de ser considerados como prisioneros de guerra y fueran internados en los campos de concentración (la redacción de dicha orden coincidió con la visita de los días 15 a 25 de Ramón Serrano Suñer, ministro de Asuntos Exteriores franquista, a Alemania y sus entrevistas con Heinrich Himmler y Reinhardt Heydrich, máximo responsable de la RSHA).

El conocimiento por parte de Serrano Suñer de la existencia de prisioneros españoles en los campos también se puede verificar por sus gestiones para liberar a Fernando Pindado García-Merás y Joan Baptista Nos-Fiblà en el mes de agosto de 1941 (ambos fueron liberados gracias a las peticiones de intercesión llevadas a cabo por sus familias ante el ministro y amenazados con la vuelta a Mauthausen si revelaban el lugar en el que habían estado durante esos meses). A todo esto también se puede añadir la visita, recordada por muchos de los internados españoles en el campo, del capitán Josep Queralt Castell de la División Azul (creada por Serrano Suñer para participar en la conquista alemana de la Unión Soviética) para intentar convencer a su primo Joan Subills de ingresar en la División y así ser liberado.

También es necesario mencionar que el uniforme rayado de los prisioneros, que apenas servía como ropa de abrigo, llevaba una insignia en el pecho para clasificar su procedencia o el crimen que a ojos del sistema nazi habían cometido. En el caso de los prisioneros españoles de Mauthausen dicha insignia era el triángulo azul invertido que los designaba como apátridas pero con el añadido de la letra S de Spanien encima, lo que también demuestra que los SS responsables de campo (incluyendo a Franz Ziereis, su comandante) sabían perfectamente que eran españoles.

La vida en el campo

El campo de Mauthausen y el de Gusen I (su principal campo anexo dentro del complejo de más de 50 subcampos repartidos por toda Austria y el sur de Alemania) fueron declarados como campos de Categoría III, es decir, que estaban destinados para encerrar a los "Enemigos Políticos Incorregibles del Reich", lo que también significaba que ninguno de los prisioneros podía sobrevivir a su paso por el mismo.

Los métodos previstos para cumplir dicho fin fueron varios, lo que incluía entre otros una alimentación claramente deficiente, la posibilidad de ser ejecutado (fusilado, gaseado, colgado...), maltratado o torturado por cualquier falta o a capricho de guardias y oficiales, ser víctima de los experimentos médicos llevados a cabo en la enfermería (de la que se sabia que nadie salía vivo por lo que los internados siempre intentaron evitar dicha instalación) y el trabajo forzado en la cantera Wienergraben (propiedad de empresas de las SS y destinada a suministrar materiales para obras públicas), tristemente famosa por la empinada escalera por la que se obligaba a los prisioneros a acarrear pesados bloques de granito.



Es entonces cuando nace la organización de resistencia española, que sirvió como base para que el resto de nacionalidades presentes en el campo crearan las suyas y finalmente el Comité Internacional, con el objetivo de salvar al máximo número posible de prisioneros y que se supiera lo acontecido en el sistema concentracionario de Mauthausen, esto supuso construir una cadena de solidaridad para proteger a los prisioneros más débiles, compartiendo con ellos la escasa comida disponible, protegiéndolos de la influencia y las acciones de los presos cómplices de las SS e intentando que aquellos con la salud más deteriorada llevaran a cabo trabajos que no supusieran su muerte en poco tiempo.

Las fotografías del campo y las listas de deportados

Con la llegada de nuevos convoyes de prisioneros y la evolución de la guerra Mathausen y sus campos subordinados pronto se dedicarán a tareas relacionadas con la industria de guerra (como por ejemplo la fabricación de armamento y de piezas para la producción del caza a reacción Me 262). Es en este momento cuando la situación de parte de los supervivientes españoles de la primera fase de internamiento mejoró un poco (aunque aún no estaban fuera de peligro), lo que supuso que algunos consiguieran llegar a ocuparse en puestos relacionados con el funcionamiento del campo como el Erkennungdienst, el Lagerschreibstube o la Politische Abteilung, este hecho tendrá una gran importancia en los años siguientes así como tras la liberación en 1945.

El Erkennungdienst (Servicio de Identificación) era el servicio fotográfico del campo y tenía por objetivo documentar los diversos aspectos de las actividades llevadas a cabo en el mismo así como las fotografías de identificación para las fichas de los prisioneros. Los españoles Antonio García Alonso, Francesc Boix y José Cereceda Hijes entraron a trabajar en este servicio en agosto de 1941. García y Boix ya tenían experiencia previa al estallido de la Guerra Civil como fotógrafos (Boix también había trabajado como reportero gráfico para la revista Juliol de las Joventuts Socialistes Unificades (JSU) y se da la circunstancia que también conoció a Mariano Constante en Barcelona en 1938).

Parte de las fotografías documentaban claramente los crímenes cometidos en Mauthausen, algo que a partir de 1943 y con la derrota de Stalingrado pasó a ser una prueba peligrosa y altamente comprometedora. Es en este momento cuando Berlín da la orden para destruir las fotografías y los negativos, sin embargo Boix pudo rescatar cerca de 2.000 y, con la ayuda de la organización clandestina, esconderlas en diversos lugares del campo.



Con el paso del tiempo se consideró que la permanencia de las fotografías en el campo era demasiado peligrosa para los internados, por lo que fue en ese momento cuando los jóvenes españoles del Kommando Poschacher (llegados al campo en 1940 cuando eran adolescentes y autorizados a trabajar en la cantera de dicha empresa, cercana a la estación de Mauthausen) sacaron las fotografías y las escondieron en casa de Anna Pointner, con quien habían trabado amistad tras encontrarse varias veces yendo a la cantera (el hecho que el marido de la señora Pointner hubiera sido detenido por la Gestapo tras la anexión de Austria también ayudó a facilitar el contacto).

Por lo que respecta a españoles trabajando en otros sectores de la administración del campo tenemos, por ejemplo, a Joan de Diego, Casimir Climent y Josep Bailina. De Diego consiguió entrar en la Lagerschreibstube (la secretaría del campo) como tercer secretario gracias a su relativo dominio del alemán, saber escribir a máquina y las dificultades experimentadas por el personal al transcribir los nombres españoles y Climent y Bailina entraron a formar parte de la Politische Abteilung (la Oficina Política).

Todos ellos tuvieron acceso a la documentación generada por el funcionamiento del campo, consistente en los expedientes de los prisioneros, la asignación a los kommandos de trabajo, la llegada de los convoyes a Mauthausen, los listados de defunciones (dobles listados en los que se inscribía la causa real de la muerte por un lado y por el otro una falsa) y el traslado de prisioneros a lugares de muerte como Gusen o el Castillo de Hartheim. Además de tener acceso a dicha documentación (de la que copiaron los listados con datos de los prisioneros españoles) también tuvieron la oportunidad para ayudar a todo aquel que pudiera estar en peligro, lo que en numerosas ocasiones les llevó a arriesgar su vida para conseguirlo (aunque ocuparan posiciones importantes para el funcionamiento del campo seguían siendo prisioneros destinados a morir).

Liberación de Mauthausen

A principios de 1945 ya estaba claro que la Alemania Nazi había perdido la guerra, la ocupación de Viena por parte del ejército soviético el 13 de abril aceleró las acciones de los soldados de las SS del complejo de Mauthausen para la eliminación o traslado en marchas forzadas de los grupos de trabajo externos así como el inicio de la quema de documentos comprometedores. Fue en ese momento cuando los deportados de Mauthausen empezaron a temer el posible exterminio en masa de toda la población reclusa; ante este peligro la Organización Internacional puso en marcha los grupos de resistencia del Aparato Militar Internacional, formado mayoritariamente por personas con experiencia militar previa que, aunque pobremente armadas, tenían ordenes de apoderarse de las instalaciones del campo cuando fuera posible y así evitar la previsible matanza.



Sin embargo los guardianes y la oficialidad, incluyendo Ziereis, huyeron dejando Mauthausen a cargo de una fuerza mixta de bomberos y policías provenientes de Viena que no opusieron resistencia alguna cuando los deportados se apoderaron del campo durante el 3 de mayo y que controlaron hasta la llegada en el dia 5 de una patrulla de la 11º División Blindada norteamericana mandada por el sargento Albert J. Kosiek, que fue recibida con gran alegría por parte de los supervivientes (fue en ese momento cuando se desplegó la famosa pancarta para recibir a los libertadores, pintada por Francesc Teix, con el texto "Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras", también escrito en inglés y ruso).





Tras la llegada del grueso de las fuerzas norteamericanas bajo el mando del coronel Robert Seibel el día 6 y tomar estas el control del campo fue el momento de recuperar todas las pruebas con las que demostrar los crímenes. Boix se dirigió a la casa de la señora Pointner para recuperar las fotografías allí escondidas y de Diego, Climent y Bailina recuperaron los listados que habían escondido en las oficinas del campo (estas listas serian la base para dar a conocer el número de deportados españoles).



Unas semanas después de la liberación de Mauthausen las tropas norteamericanas empezaron a buscar a los guardias SS de los que se tenía constancia que se escondian en las proximidades del campo. El 23 de mayo una patrulla mandada por los oficiales Kobus, Smith, Penn y Witterschein, acompañada por antiguos presos, localiza la cabaña donde se esconde Ziereis, el antiguo comandante del campo, al que tirotearon cuando intentó huir. Trasladado al campo de Gusen (reconvertido en hospital militar) Ziereis moriría al atardecer del día 24, antes de fallecer fue interrogado por el coronel Seibel y dos oficiales del contraespionaje americano; en el interrogatorio también estuvieron presentes Boix y Hans Marsalek, segundo secretario de Mauthausen, uno de los temas tratados durante esas horas fue la presencia de republicanos españoles en el campo, un hecho que Ziereis declaró que se produjo con el beneplácito del gobierno de Vichy y del gobierno franquista.

El testimonio de Francesc Boix en el Tribunal Militar Internacional de Núremberg

Tras la liberación las fotos salvadas por Boix y el Kommando Poschacher fueron las protagonistas de un reportaje fotográfico en la revista Regards (que ya había se había destacado a favor de la República en la Guerra Civil y publicado las fotos tomadas por Robert Capa y Gerda Taro durante el conflicto) y en el número especial que el periódico Ce Soir dedicó a Mauthausen.



La publicación de las fotografías pronto fue del interés de los servicios aliados que llevaban a cabo la investigación de crímenes de guerra, lo que llevó a Boix a declarar ante el Tribunal Militar Internacional de Núremberg durante las sesiones de la tarde del día 28 y de la mañana del día 29 de enero de 1946. Durante dichas sesiones se mostraron, entre otras, las siguientes fotos (están acompañadas de parte de las transcripciones del juicio):




Boix: Esta se tomó en abril de 1941. Mis camaradas españoles que habían buscado refugio en Francia tiran de la vagoneta de tierra; ese era el trabajo que teníamos que hacer.



Las fotos también sirvieron para probar como los acusados sabían de la existencia de los campos de exterminio, este fue el caso del Obergruppenführer Kaltenbrunner, del que se pudo probar su visita a Mauthausen:



Boix: Esta se hizo en la cantera. Al fondo, a la izquierda, se puede ver un grupo de deportados trabajando. En primer plano está Franz Ziereis, Himmler y luego el Obergruppenführer Kaltenbrunner. Lleva la insignia dorada del partido.

Dubost: ¿Esta foto se tomó en la cantera? ¿Quién la hizo?

Boix: El Oberscharführer SS Paul Ricken. Esto fue entre abril y mayo de 1941. Este caballero visitaba frecuentemente el campo para ver como se podían organizar campos similares en toda Alemania y en los países ocupados.





Boix también asistió como testigo al juicio militar americano de Dachau en el que se acusaba de crímenes de guerra a 61 miembros del personal de Mauthausen. Parte de las fotos mostradas en Núremberg lo volvieron a ser en esta ocasión para demostrar el funcionamiento del sistema de los campos.



Tras la guerra y su testimonio en los juicios Francesc Boix se estableció en Paris y siguió trabajando como reportero fotográfico, muchas veces para publicaciones vinculadas a los partidos comunistas francés y español. Su salud durante esos años se vio gravemente afectada por su paso por Mauthausen, hecho que acabó ocasionando su fallecimiento el 7 de julio de 1951.

Otros deportados españoles a los campos de concentración y exterminio

No me gustaría acabar este extenso artículo sin hablar, aunque sea muy brevemente, de otros ciudadanos españoles que pasaron por los campos, en este caso por su participación en la Resistencia Francesa ante el invasor alemán. Estos fueron los casos de Neus Català y Jorge Semprún.

Neus Català actuaba como enlace fue delatada en 1943, detenida por la Gestapo y posteriormente internada en el campo de Ravensbrück en 1944. En este campo, creado fundamentalmente para recluir a mujeres, también alojó a niños de corta edad y en él también se llevaron a cabo experimentos médicos con las reclusas además de usarlas como mano de obra esclava en la fabricación de municiones.

Jorge Semprún, nieto del político conservador Antonio Maura y futuro Ministro de Cultura (1988-1991), paso la Guerra Civil en La Haya (donde su padre ejercía como embajador) para luego trasladarse a París en 1941 a estudiar Filosofía en la Universidad de la Sorbona. Tras la conquista alemana de Francia entró a formar parte de la Resistencia y fue detenido en 1943 tras ser denunciado para posteriormente ser internado en el campo de Buchenwald.

Enlaces y bibliografía

Como ya habréis podido apreciar, si es que habéis leído todas las entradas del blog relacionadas con la participación de los republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial, este es un tema complejo y del que apenas he ofrecido una muestra. Si queréis más información os ofrezco algunos enlaces (además de los ya incluidos en el texto del artículo) y una extensa bibliografía (si sabéis de libros escritos en inglés acerca de estos temas no dudéis en dejar sus datos en la sección de comentarios).

Enlaces de interés:

Amical de Mauthausen
Amical de Ravensbrück
Memorial de Mauthausen
Registro de deportados del portal PARES del Ministerio de Cultura español
Registro de deportados de Ministerio de Justicia español
Proyecto Avalon de la Universidad de Yale con las transcripciones en inglés de la declaración de Francesc Boix de los días 28 y 29 de enero de 1946 en los Juicios de Núremberg
Proyecto Nizkor con las transcripciones en castellano de la declaración de Francesc Boix de los días 28 y 29 de enero de 1946 en los Juicios de Núremberg
Web de Joaquim Amat Piniella, deportado a Mauthausen y autor de la novela K.L. Reich

Bibliografía en catalán:

Diari d’un fotògraf
Bram 1939

Agustí Centelles
Edicions Destino
ISBN: 978-84-8710-105-9

Els catalans als camps nazis
Montserrat Roig
Edicions 62
ISBN: 84-297-4969-1

Els espies catalans
Domènec Pastor Petit
Proa
ISBN-10: 84-8437-794-6
ISBN-13: 978-84-8437-794-8

Elisabeth Eidenbenz
Mes enllà de la maternitat d’Elna

Assumpta Montellà
Ara Llibres
ISBN: 978-84-92907-51-9

Els Maquis
Esther Rodríguez
Cossetània Edicions
ISBN: 84-9791-109-1

Exilis
Felip Solé i Enric Pujol
Angle Editorial
ISBN: 978-84-96521-76-6
Francesc Boix, el fotògraf de Mauthausen
Benito Bermejo
La Magrana
ISBN: 84-8264-385-1

Joan de Diego
Tercer secretari de Mauthausen

Rosa Toran
Edicions 62
ISBN: 978-84-297-5917-4

La maternitat d’Elna, bressol dels exiliats
Assumpta Montellà
Ara Llibres
ISBN: 84-96201-59-7

Ravensbrück, l’infern de les dones
Montse Armengou i Ricard Belis
Angle Editorial
ISBN: 978-84-96521-75-9

Vida i mort dels republicans als camps nazis
Rosa Toran
Proa
ISBN: 84-8437-308-8


Bibliografía en castellano:

El convoy de los 927
Montse Armengou y Ricard Belis
Plaza i Janés
ISBN: 84-01-37926-1

El hombre que liberó París
Amado Granell y la última batalla de la República

Rafael Torres
Ediciones Temas de Hoy
ISBN: 978-84-8460-613-0

El oro de Canfranc
Ramón J. Campo
Biblioteca Aragonesa de Cultura
ISBN: 84-8324-123-4

Garbo: Doble agente
El espía español que cambió el curso de la Segunda Guerra Mundial

Tomás Harris
Ediciones Martínez Roca
ISBN: 84-270-298-2

Juan Pujol, el espía que derrotó a Hitler
Javier Juárez
Temas de Hoy
ISBN: 84-8460-372-5

La estación espía
Las claves de la derrota de los nazis en los Pirineos

Ramón Javier Campo
Ediciones Península
ISBN: 84-8307-656-X
ISBN13: 978-84-8307-656-9

La guerra ignorada
Los espias españoles que combatieron a los nazis

Eduardo Martín de Pozuelo e Iñaki Ellakuría
Random House Mondadori
ISBN: 978-84-8306-768-0

La línea de la libertad
Una historia real de heroísmo, espionaje, suspense y valor
en la frontera francoespañola durante la II Guerra Mundial

Peter Eisner
Taurus
ISBN: 84-306-0563-0
La Nueve
Los españoles que liberaron París

Evelyn Mesquida
Ediciones B
ISBN: 978-84-666-2070-3

La penúltima frontera
Fugitivos del nazismo en España

Rosa Sala Rose
Papel de liar / Ediciones Península
ISBN: 987-84-9942-082-0

Lealtad y traición
Jorge Semprún y su siglo
Franziska Augstein
Tusquets editores
ISBN: 978-84-8383-265-3

Los Años Rojos
Españoles en los campos nazis

Mariano Constante
Galaxia Gutenberg (ISBN: 84-8109-502-8)
Círculo de lectores (ISBN: 84-672-1206-3)

Los senderos de la libertad (Europa 1940-1944)
Eduardo Pons Prades
Flor del Viento
ISBN: 84-89644-74-8

Mauthausen
Memorias de un republicano español en el holocausto

Ignacio Mata Maeso
Ediciones B
ISBN: 978-84-666-3193-8

Mi vida en los campos de la muerte nazis
Prisciliano García Gaitero
Edilesa
ISBN: 84-8012-508-X

Republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial
Eduardo Pons Prades
La Esfera de los Libros
ISBN: 84-9734-109-0


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1 comentario:

  1. Otra dimensión es el papel del franquismo en el Holacausto. Recientemente asistí a una conferencia en el Ateneu de Barcelona sobre este tema de Rosa Sala Rose. Muy interesante. está en vídeo en catalán: http://www.youtube.com/watch?v=CPyMc-E2AoM&list=PLA441D75DFBC69FD8&index=1

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